La Maratón de la Tortuga y la Liebre
La constancia y la determinación son más valiosas que la velocidad.
Historia y Moraleja
En una tranquila mañana, la tortuga y la liebre se reunieron en el punto de partida de una maratón. La liebre, conocida por su velocidad y arrogancia, se burló de la tortuga, diciendo que sería ridículo que participara en una carrera. La tortuga, sin embargo, mostró una determinación tranquila y se preparó para correr.
La carrera comenzó, y la liebre salió disparada a gran velocidad, dejando atrás a la tortuga sin mirar atrás. La tortuga, por otro lado, avanzaba a un ritmo constante, paso a paso, sin desviarse de su camino.
Con el tiempo, la liebre, confiada en su ventaja, decidió tomarse un descanso y relajarse en el camino. Mientras tanto, la tortuga seguía avanzando lentamente pero sin descanso, sin distraerse por la actitud arrogante de la liebre.
Cuando la liebre finalmente decidió reanudar la carrera, se sorprendió al ver que la tortuga estaba cerca de la meta. A pesar de su lento avance, la tortuga había progresado constantemente y ahora estaba a punto de alcanzar la victoria.
Con un último esfuerzo, la liebre se apresuró hacia la meta, pero era demasiado tarde. La tortuga cruzó la línea de meta con una sonrisa en su rostro, demostrando que la constancia y la determinación son más valiosas que la velocidad.
La moraleja de esta historia es clara: la constancia y la determinación son más valiosas que la velocidad. Aunque la liebre era más rápida, su actitud arrogante y su falta de perseverancia la llevaron a perder la carrera. La tortuga, por otro lado, demostró que avanzar paso a paso con determinación puede conducir al éxito, incluso frente a obstáculos aparentemente insuperables.